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ILUMINANDO ESPACIOS CON JORDI MOYA

Jordi Moya es un referente el mundo de la iluminación, concretamente en museos y galerías de arte. Con más de 20 años de experiencia en el sector, ha iluminado grandes espacios.

Buenos días Jordi. Gracias por aceptar nuestra entrevista, es todo un honor.
Para definirte, museografía, arquitectura, exposición… Se puede decir que eres un referente en este
sector. Tu currículum es impresionante. Si lo repasamos por encima nos encontramos con el Museo
de la Sagrada Familia, La Pedrera, Museo de las Ciencias Naturales de Barcelona, Joan Miró,
Picasso, El Prado, Monet, y así un sinfín de espacios y museos repartidos por Europa.

Centrándonos en los museos, nos gustaría que nos comentes cómo es ese momento en el que el
cliente te presenta su proyecto a realizar. ¿Cuáles son los factores a tener en cuenta? ¿El cliente
viene con una idea establecida o se deja asesorar plenamente?

Cada museo opera de manera similar a una entidad viva, con su propia personalidad y estructura
interna. Al igual que en las empresas, detrás de cada museo hay una serie de procesos de gestión y
organización que reflejan esta comparación. Por ejemplo, el proceso de contratación, la gestión de
exposiciones y la adaptación a diferentes niveles o categorías. La iluminación, como parte esencial
en la presentación de obras, es uno de los muchos aspectos que pueden ser subcontratados o
manejados internamente según los recursos disponibles.

Vale, pero entonces,pongo un ejemplo: si tenemos que hacer una exposición, ¿Tú eres la persona
que le vas a decir exactamente cómo tiene que ir cada espacio iluminado?

En realidad, en el proceso de iluminación de una exposición, mi papel es más de asesoramiento y
colaboración que de imposición de decisiones. Veo la iluminación como un servicio al proyecto en sí
mismo, donde mi objetivo es trabajar en conjunto con el equipo para realzar la visión y el mensaje
de la exposición.

Por ejemplo, recientemente estuve involucrado en una iluminación de la exposición en el MNAC.
Esta fue una colaboración entre el Museo del Prado y el MNAC, con obras seleccionadas de ambos
museos. El comisario de la exposición, Joan Molina, quien recientemente se convirtió en el
responsable de arte medieval del Prado, tenía una visión muy clara sobre cómo quería abordar el
tema del arte medieval y su relación con la Iglesia Católica.

Mi papel en este proyecto fue entender la visión de Molina y trabajar en estrecha colaboración con
él para traducirla en términos de iluminación. Proporcioné asesoramiento técnico y sugerencias
sobre cómo la iluminación podría realzar la narrativa que quería transmitir a través de las obras de
arte seleccionadas

¿Y la función del comisario cuál es?

La labor del comisario es fundamental en la creación de una exposición, ya que su función es
construir un discurso coherente a partir de las obras de arte seleccionadas, organizándolas en
capítulos que formen una narrativa temática. Este proceso es como componer una novela que
transmita un mensaje o tema específico. El comisario investiga y recopila obras que se relacionen
entre sí, ya sea por época, tema o estilo, para construir esta narrativa visual.

Aunque a veces se compara este proceso con la organización de una exposición de coches, donde la selección puede ser más evidente, en el ámbito del arte requiere un trabajo minucioso para identificar las obras

adecuadas y su ubicación. Dado que el arte ha sido trasladado a lo largo de la historia, es necesario
conocer la ubicación y contexto de las obras para complementarlas adecuadamente. En mi
experiencia, tuve la oportunidad de trabajar en una exposición en el Prado, lo cual fue significativo
ya que era la primera vez que un iluminador externo participaba en un proyecto dentro del museo.

Esto supuso un desafío, dado el arraigo y experiencia de los electricistas internos del museo, quienes
tradicionalmente se encargaban de la iluminación y mantenimiento. A pesar de este contexto, el
reconocimiento de mi labor en el Prado marcó un hito en mi carrera, especialmente después de
haber realizado previamente un curso de formación para el personal del museo y otros profesionales
del sector.

Hay otros aspectos importantes, como por ejemplo, el CRI. Cuéntanos sobre ello.

Durante esa experiencia, me encontré con un grupo que se adentraba en un tema técnico, como el
CRI y la iluminación LED. Parecían estar en la etapa inicial de adquirir materiales LED, pero carecían
de formación para evaluar la calidad de estos dispositivos. Por ello, me contrataron para impartir un
curso donde les enseñé a valorar técnicamente las características de un foco y cómo aplicarlo
adecuadamente en un entorno museístico. Este curso, que duró aproximadamente cuatro días con
sesiones de cuatro horas, fue diseñado para ser compatible con sus horarios laborales. Durante las
sesiones, realizamos recorridos por el museo, evaluando la iluminación de las diferentes salas y
discutiendo posibles mejoras.

Utilizamos herramientas como el luxómetro y el espectrómetro para obtener mediciones precisas del rendimiento de la luz. Además, realizamos pruebas con muestras de focos de varios fabricantes para encontrar la mejor solución para sus necesidades específicas. En
particular, exploramos cómo la iluminación afectaba la percepción de las obras de arte, identificando
áreas que requerían mejoras significativas, como salas con iluminación fluorescente de baja calidad
que afectaba negativamente la apreciación de las obras. A través de este proceso, pudimos
identificar soluciones adecuadas, como proyectores especiales diseñados por fabricantes líderes en
iluminación museística, adaptados a las necesidades específicas de cada espacio, como en el caso del
Guggenheim y el Prado, que presentan diferencias arquitectónicas y estéticas distintas.

Cuando empiezas en un proyecto,¿qué zonas crees que son las más importantes a la hora de
diseñar la iluminación de tu proyecto? Es decir, cuando tú entras en esa sala, ¿qué es lo más
importante? ¿Sólo la escultura? ¿Aquello de los alrededores de la escultura? Explícanos.

La gestión de las sombras es una parte crucial de mi trabajo como iluminador, ya que contribuye
significativamente a la creación de la atmósfera y la narrativa visual en una exposición. Cuando
hablamos de manejar la luz y las sombras juntas, nos adentramos en un aspecto fundamental de la
iluminación. Por un lado, es esencial abordar las partes tangibles de una exposición, es decir, las
obras de arte y los objetos expuestos. Pero también es crucial considerar la teatralidad de la
exhibición en su conjunto. Mi experiencia inicial en iluminación proviene del ámbito del espectáculo,
trabajando en conciertos de rock donde la creación de un ambiente y una narrativa visual dinámica
era primordial.

Al entrar en el mundo de las exposiciones, encontré diferencias notables en términos de efímero versus duradero. Sin embargo, descubrí que muchos principios de diseño y narrativa visual se trasladan de un contexto a otro. La transición entre diferentes partes de una exposición, ya sea temática o cronológica, requiere una cuidadosa planificación y coordinación.

Esto incluye la disposición de las obras, la elección de colores para las paredes y el suelo, e incluso la ubicación
estratégica de los puntos de luz para resaltar elementos específicos. La transición entre las
diferentes secciones de una exposición se convierte así en una experiencia fluida y cohesiva para el
espectador. En cuanto a la gestión de sombras, es esencial no solo para la estética general de la
exposición, sino también para la conservación preventiva de las obras de arte. Los niveles de
iluminación deben ser cuidadosamente controlados para evitar daños en las obras y cumplir con los
estándares de conservación. Por lo tanto, mi trabajo no solo se trata de crear una atmósfera
visualmente atractiva, sino también de garantizar la protección y preservación a largo plazo de las
obras de arte expuestas.

¿Haciendo referencia a los niveles de luminosidad, existe alguna normativa o limitación cuando
hablamos de obras de arte?

En el ámbito de la iluminación de obras de arte, es crucial considerar los límites de luz que pueden
soportar los diferentes materiales. Por ejemplo, obras sobre soporte de papel o con materia
orgánica tienen restricciones en cuanto a la intensidad de luz que pueden recibir sin dañarse,
generalmente hasta un máximo de 50 lux.
Recuerdo haber enfrentado este desafío en exposiciones específicas, como la que mencioné en la
Casa Luis de Salamanca, donde tuvimos que ajustar la iluminación para asegurar que las obras
estuvieran adecuadamente resaltadas sin exponerlas a más de 35 lux, ya que eran muy delicadas.
En cuanto a la colaboración con diseñadores, hemos aprendido que la transición de diferentes
niveles de luz dentro de una exposición es fundamental para la experiencia del espectador. Por
ejemplo, en una exposición como la de George Méliès, sugerí crear una sala de entrada con hasta
200 lux para luego reducirla a 50 lux o menos a lo largo de la exposición. Esto asegura una
adaptación gradual del ojo del espectador a los cambios de luz.

¿Y cómo decides? ¿Voy a iluminar esta pieza con un empotrable, con un proyector, desde suelo..
etc?

Esto lo decides un poco en función del presupuesto que haya.

¿Son limitados los presupuestos o no se ponen?

Los presupuestos en iluminación de exposiciones varían significativamente dependiendo del museo
o institución detrás del proyecto. Algunos museos tienen la capacidad financiera para invertir en
equipos de iluminación de alta gama, como focos imantados para vitrinas o sistemas de carriles con
mini focos de 48 voltios. Más allá del presupuesto, la elección del ángulo de iluminación es
fundamental para resaltar las características de cualquier obra. Por ejemplo, en la exposición de
Espejo perdido en el Prado, donde se utilizó pan de oro en las obras, se necesitó iluminación con ángulos muy rasantes para evitar reflejos y resaltar los detalles de oro. Este tipo de iluminación
resalta los relieves y detalles de las obras, revelando su belleza de manera efectiva.

¿Y qué ángulos utilizas normalmente? ¿ 15 grados, 20 grados, 30 grados?

En iluminación teatral, existen ciertas normas y recomendaciones para iluminar correctamente los
rostros de los actores. Una de estas normas sugiere utilizar un ángulo de 45 grados tanto vertical
como horizontalmente con respecto a la cara del actor. Esto significa que la luz debe incidir en un
ángulo de 45 grados desde arriba y también desde el costado. Sin embargo, es importante tener en
cuenta que no todos los rostros son iguales. Algunas personas tienen caras más planas, otras más
profundas, distintas formas de ojos, entre otros detalles. Los fotógrafos, por ejemplo, son
especialmente observadores de estos detalles y saben cómo capturar la luz y la composición de una
manera que resalte lo mejor de cada persona o escena, utilizando técnicas como la regla de los
tercios, la composición de líneas y la consideración de cómo incide la luz. Lo mismo pasa con las
obras de arte. Hay una serie de normas no escritas, pero a la vez hay que tener en cuenta el tipo de
obra que estamos iluminando.

La experiencia como fotógrafo, ¿tú crees que te ha aportado a tener muchísima más información a
la hora de iluminar?

Sí, definitivamente mi experiencia como fotógrafo ha sido fundamental para mi trabajo en
iluminación. La fotografía me ha enseñado a observar y analizar los detalles de la luz y la
composición. Al igual que cuando esperaba un hijo y empecé a notar bebés y cochecitos por todas
partes, la fotografía me ha sensibilizado para ver aspectos que antes pasaban desapercibidos. Mis
años de formación en fotografía y en cursos relacionados con el teatro me han proporcionado una
amplia gama de conocimientos y habilidades que aplico en mi trabajo diario. Además, la fotografía
me ha enseñado a apreciar la importancia de cada detalle y a buscar soluciones creativas para
optimizar la iluminación en cualquier situación. Por ejemplo, sé cómo utilizar herramientas como
nidos de abeja y conos para controlar los deslumbramientos y mejorar la experiencia visual en una
exposición. En resumen, la fotografía ha enriquecido mi comprensión de la iluminación y me ha
permitido ofrecer soluciones más efectivas y creativas en mi trabajo.

¿Cuándo trabajas con proyectores de carril en techo, sueles tener altura en los techos para trabajar
cómodamente , o te encuentras con espacios bajos y difíciles de trabajar?

Bueno, en realidad me encuentro con una variedad de situaciones. Pero en general, excepto en los
grandes museos como el Mnac o CaixaForum que son edificios grandes, la mayoría de las salas son
más parecidas a las galerías de arte. Son espacios más pequeños, con dimensiones de alrededor de
tres metros o tres metros y medio. En estas salas, suelo trabajar con potencias de LED de un máximo
de 12 vatios, ya que utilizar más potencia no tendría sentido en ese contexto.

Pero no tiene que ser fácil, porque también me imagino que estáis pensando en iluminar la obra,
¿pensáis también dónde se va a colocar esa persona que va a disfrutar de la obra y que él mismo
no proyecte una sombra?

Claro, esto es realmente fundamental. Hay mucha teoría al respecto, pero al final, cada persona es
diferente y necesita algo distinto, incluso un ángulo de luz diferente. Sin embargo, también hay que
considerar que debes iluminar la obra sin crear sombras no deseadas. La distancia a la que te
encuentres de la obra también es crucial, ya que varía dependiendo del tamaño de la obra. Por
ejemplo, para observar una obra de 5 metros, lo ideal es estar a una distancia mínima de 3 metros,
mientras que para una obra más pequeña, como de 1 metro, es posible que estés a una distancia
más cercana, como de 60 centímetros. En algunos museos, incluso hay restricciones físicas, como las
catenarias en el suelo, que limitan la proximidad a los objetos. Por lo tanto, la distribución de la luz
es de vital importancia, a veces es necesario iluminar desde el lado para evitar sombras proyectadas
cuando el espacio o la altura del techo son limitados.

¿Suele aceptar el diseñador lo que tú le propones o a veces él tiene otra idea diferente?

Bueno, en mi experiencia, he vivido diversas situaciones. Por supuesto, después de tantos años, he
tenido de todo. Por ejemplo, con Jaume Aplensa en la exposición de La Pedrera el verano pasado,
estuvo muy involucrado en la iluminación. Aunque tuvimos intercambios de opiniones, al final él
decidió dónde quería la luz. También me ha pasado con otros artistas, como Miquel Barceló en la
exposición de Cerámicas en La Pedrera. En ese caso, él expresó su preferencia por un tono de azul
específico, lo cual ajustamos el día antes de la inauguración. A veces, estos intercambios pueden
llevar a mejoras en mi trabajo. En resumen, cada proyecto es único y requiere adaptabilidad para
lograr el mejor resultado posible.

¿La Regulación es un factor importante?

Por supuesto, la regulación de la iluminación es absolutamente necesaria en mi trabajo. Es
innegociable. La utilizo siempre en todo porque la calidad es fundamental. Es como cocinar sin poder
escoger la cantidad de cada ingrediente; necesitas controlar cada aspecto para lograr el mejor
resultado. Por ejemplo, en la iluminación de obras de arte, la cantidad de proyectores utilizados
puede variar considerablemente dependiendo de las necesidades específicas de cada pieza. En la
exposición de las cerámicas de Barceló, por ejemplo, llegamos a utilizar hasta 180 focos para
iluminar correctamente cada elemento, ajustando intensidades y direcciones de luz según las
características de cada obra. La iluminación de textos y cartelas también es crucial, ya que
contribuye a la comprensión y disfrute de la exposición.

¿Qué tipo de regulación es el mas utilizado en tus proyectos?

Normalmente, utilizamos sistemas integrados en los propios focos para gestionar la iluminación de
manera ágil. En una sala de exposiciones, es fundamental poder realizar cambios rápidos y
eficientes. Por ejemplo, durante la inauguración de una exposición, se suelen realizar discursos o
presentaciones, para los cuales utilizamos sistemas como Casambi. Esto nos permite controlar la

iluminación de forma remota y adaptarla a las necesidades del evento. Además, evita problemas
como dejar luces encendidas innecesariamente

¿Qué opinas sobre la posibilidad de regular cada punto de luz directamente desde una app?

En mi experiencia, prefiero la capacidad de controlar cada punto de luz directamente desde una
aplicación. Es una opción mucho más ágil y eficiente en comparación con otros sistemas como Dali o
el control de 1 a 10. Si bien estos sistemas también se utilizan, en la práctica pueden resultar más
complicados y lentos de manejar.
Recientemente, estuve involucrado en el proyecto de iluminación del Centro de Arte de Hortensia
Herrero en Valencia. En este proyecto, se optó por utilizar el sistema Dali para el control de la
iluminación. Sin embargo, encontramos que este enfoque ralentizaba considerablemente nuestro
trabajo y requería la intervención de expertos para hacer incluso los cambios más simples.

La complejidad y la lentitud asociadas con el sistema Dalí se volvieron evidentes cuando
necesitábamos ajustar la iluminación de obras de arte adicionales que no estaban inicialmente
contempladas en el proyecto. En estos casos, la experiencia de un profesional en iluminación resultó
crucial para lograr resultados óptimos y satisfacer las necesidades del cliente.

¿Tienes claro siempre qué temperaturas de color vas a utilizar para iluminar tus proyectos?
¿Varía en función de las obras que vas a iluminar? ¿O más o menos siempre estamos en una
misma temperatura de color y un índice de reproducción cromática parecido?

En general, suelo optar por una temperatura de color de 3000K para iluminar mis proyectos en
museos. Esta elección se basa en varios factores, incluida la necesidad de mantener cierta
coherencia y evitar cambios bruscos en la iluminación, especialmente cuando se mezclan tecnologías
de iluminación antiguas y nuevas.
El uso frecuente de 3000K se debe a que muchas veces los museos tienen que integrar iluminación
halógena o sistemas anteriores con las nuevas tecnologías. Optar por 3000K ayuda a suavizar estas
transiciones y proporciona un compromiso aceptable en términos de calidad de luz.
Sin embargo, he tenido experiencias en las que se ha utilizado una temperatura de color de 4000K
con resultados positivos, especialmente en entornos donde la luz natural es escasa, como en países
del norte. Por ejemplo, recuerdo un museo en Holanda que utilizaba 4000K y me sorprendió lo bien
que funcionaba, aunque reconozco que fue una experiencia excepcional y no algo que suela
considerar de inmediato.

¿Y en cuanto al CRI?

En cuanto al Índice de Reproducción Cromática (CRI), mi estándar mínimo es de 90. Siempre busco
una calidad de luz que garantice una reproducción precisa de los colores, lo cual es crucial para
resaltar adecuadamente las obras de arte y mantener su integridad visual.
Además del CRI general, también presto especial atención al valor R9, que representa la capacidad
de la luz para reproducir el color rojo. Un valor R9 alto es fundamental, ya que muchos colores
presentes en obras de arte contienen tonos de rojo. Por lo tanto, si el CRI general es de al menos 90,
pero el valor R9 es superior a 92, considero que la calidad de la reproducción del color es
satisfactoria.

¿Puedes explicar brevemente qué es el R9?

El R9, es uno de los colores más importantes, el rojo. Y a veces puede pasar que una luminaria sea
CR90, pero el R9 no es elevado. Eso me pasó con una obra de arte donde el R9 era inexistente. Al
cambiarlo de repente aparecieron características del cuadro que hasta entonces no se apreciaban.

Suele decirse que la iluminación es la gran olvidada. En cambio, como hemos visto a lo largo de la
entrevista, lo cambia absolutamente todo. ¿Tú crees que se le da la importancia que merece a la
iluminación?

Desde mi perspectiva, creo que la iluminación es fundamental y subestimada en muchos casos. Es
como una obra de teatro en la que la iluminación es la directora de escena, guiando la atención del
espectador hacia donde se desea y realzando la belleza de lo que se presenta. Es crucial entender
que la iluminación no es simplemente agregar luz, sino crear una experiencia que transforme la
percepción de lo que se ve.
Sin embargo, hay una falta de conciencia general sobre la importancia de la iluminación adecuada.
Muchas personas pueden subestimar su impacto y optar por soluciones de iluminación básicas sin
considerar cómo podría mejorar su entorno. Es como si estuvieran comiendo en la oscuridad y no se
dieran cuenta de la diferencia que una buena iluminación podría hacer en su experiencia.

Para aquellos que están en el negocio de la iluminación, como yo, está claro que la iluminación es
esencial y que se le debe dar la importancia que merece. Pero para aquellos que no están
familiarizados con el campo, puede ser difícil comprender la diferencia entre simplemente agregar
luz y crear una iluminación efectiva que transforme un espacio.

Creo que hay una necesidad de educar al público sobre la importancia de la iluminación adecuada y
cómo puede afectar su experiencia en diferentes entornos. Como por ejemplo, con entrevistas como
ésta. Además, es crucial que los diseñadores de iluminación trabajen en estrecha colaboración con
sus clientes para comprender sus necesidades y crear soluciones de iluminación que realcen y
complementen la belleza de lo que se está iluminando.

¿Logras ese momento en el cual estás enfocando, que dices, ahora estás realzando lo que quería?

Sí, definitivamente alcanzo ese momento en el que siento que he logrado realzar lo que quería. Sin
embargo, este momento lo percibo desde diferentes perspectivas, tanto desde arriba como desde
abajo. Cuando estoy enfocando, necesito evaluar el resultado desde ambas posiciones para
asegurarme de que la iluminación sea óptima en todas las direcciones.
En nuestro equipo, siempre trabajamos en parejas: uno está arriba y el otro abajo. Esta dinámica nos
permite tener una visión completa del trabajo y abordar cualquier problema desde múltiples
ángulos.

¿Cómo cambió la iluminación cuando apareció LED para ti? ¿Cambiaste tu manera de presentar los
proyectos? ¿De pensar cómo hacerlos?

Cambió muchísimo mi forma de presentar. Ahora mismo todo es LED, tanto en proyectores como en
tiras Led.

¿Utilizas tiras de LED también en tus proyectos?

Por supuesto.

¿Y cómo ha cambiado tu iluminación con el tema de las tiras de LED? ¿O los proyectores LED?

El impacto de las tiras de LED y los proyectores de LED en mi trabajo ha sido sumamente positivo.
Estas tecnologías han revolucionado la iluminación en varios aspectos. En primer lugar, han
permitido una integración más fluida y discreta de elementos lineales de iluminación, lo cual es
especialmente beneficioso para evitar sombras no deseadas. Aunque hemos perdido algo de drama
en términos de sombreado, hemos ganado uniformidad y versatilidad.

Además, la amplia gama de soluciones disponibles con estas tecnologías nos ha brindado una mayor
flexibilidad y opciones de personalización. Cada año, los fabricantes introducen nuevas
características y mejoras, lo que nos permite estar al día con las últimas innovaciones y ofrecer una
iluminación cada vez más eficiente y efectiva.

La gestión del calor también ha mejorado significativamente con estas tecnologías, lo que es crucial
para garantizar la seguridad y el rendimiento óptimo de la iluminación, especialmente en entornos
sensibles como galerías de arte o museos.

Tengo que decirte que a partir de ahora cuando mire una obra de arte veré más cosas de las que
veía hasta ahora.¿Por qué? Porque pensaré en todo este trabajo que hay detrás intentando
proyectar, mostrar lo que realmente puede mostrar esa escultura o ese cuadro.

Pues me alegro mucho, de verdad. Para mi es y será siempre un honor que se reconozca la
importancia de la iluminación en cualquier espacio, y en mi caso en específico, en la iluminación de
galerías y museos.